Polémica con JJ a proósito de Pío XII
La polémica entre JJ y mi señor padre a propósito de Pío XII está adquiriendo un nivel interesante. Os la dejo por aquí:
JJ dijo...
JJ dijo...
En 1937 el futuro Pío XII contribuyó a la redacción de la encíclica de Pío XI Mit Brennender Sorge en la que se ofrece la crítica más dura que el Vaticano ha ahecho nunca sobre un régimen político. La propia comunidad judía reconoce la labor de Pío XII, llegando incluso a la donación de una parte importante de dinero por el Congreso Judío Mundial como agradecimiento. La labor de Pío XII es reconocida por el judaísmo hasta la publicación dela obra de teatro que se menciona
15 de noviembre de 2008 21:00
JJ dijo...
Lo curioso es que nadie condenó los campos de exterminios. La URSS pactó con Hitler el reparto de Polonia y no intervino hasta que no fue atacada. Suiza y Suecia, neutrales, no dijeron, como ningún otro país. Cuando en Países Bajos los obispo condenaron la persecución de judíos, ésta se amplió a los que tenían algún ancestro aunque fuera lejano.
El contexto histórico ayuda a entender, que no justificar, situaciones.
15 de noviembre de 2008 21:05
Mi padre dijo:
Tengo 54 años y un solo riñón que, además, ha devenido insuficiente, por lo que me veo obligado a un jodido tratamiento antihipertensivo que me tiene aplastado la mayoría del tiempo que permanezco, para mi desgracia, despierto. Soy viejito y no tengo casi ganas de discutir con nadie.
Mi querido hijo, sin embargo, con el ánimo joven y combatiente y deseando sacar de su rincón a este oscuro y humildísimo cuasi-profesor de historia que sobrevive en una capital de provincia de las mas pequeñas de este país, ha incluido, entre los materiales de lectura de sus alumnos, un comentario mío, de los que vengo haciendo semanalmente en la SER de Zamora y ha provocado la respuesta de uno de ellos, invitándome, encima, a contestarla. Espero que, además, os haya hablado de mi último libro (Stalin en España. La gran excusa. Ed. Raices) y que el actual esfuerzo me sirva para tener algún lector en las sacrosantas praderas de la capital del reino y de su mas prestigiosa Universidad.
Mi respuesta, pues, a JJ y a sus comentarios acerca de Mit Brennender Sorge y la falta de respuesta a los crímenes nazis que también se produjo en otros ámbitos:
La encíclica de Pio XI es flojita, tímida y referida naturalmente a los intereses en exclusiva de determinadas partes del dogma católico. Sobre su efecto en la Iglesia alemana bastan algunos ejemplos. No estaría de mas que JJ leyere algo sobre el obispo castrense Rarkowski, que ostentaba, además, altísimo rango militar en el Ejercito hitleriano y que hablaba de Hitler como “nuestro Führer, custodio y acrecentador del Reich”. O sobre el obispo Werthmann, vicario general del anterior y su suplente en el Ejército. O del cardenal Wendel, primer obispo castrense. O del obispo Berning de Osnabruck que mandó a Hitler dedicada (“como signo de mi veneración”) su obra “Iglesia Católica y etnia nacional alemana”. A este último Göring lo nombró miembro del Consejo de Estado de Prusia.
También podría leer sobre el obispo Buchberger de Regensburg, que en la hoja episcopal de su Diócesis escribía: “el Führer y el gobierno han hecho todo cuanto es compatible con la justicia, el derecho y el honor de nuestro pueblo para preservar la paz de nuestra nación. O sobre el obispo Ehrenfried de Wirzburgo que decía que “los soldados alemanes cumplen con su deber para con el Führer y la patria con el máximo espíritu de sacrificio, entregando por completo sus personas según mandan las Sagradas Escrituras. También el obspo Kaller de Ermland, el obispo Machens de Hildesheim y el obispo Kumpfmüller de Ausgburgo decían cosas parecidas.
¿Y que decir del obispo Preysing de Berlín que firmaba cartas conjuntas con sus cofrades incensando a Hitler? ¿ O del obispo Hudal, que dedicó su libro “Nacionalsocialismo e Iglesia” a Hitler, llamándole “el Sigfrido de la esperanza y la grandeza alemanas”? ¿Qué le parece a JJ el arzobispo de Freiburg Gröber, patrocinador de las SS, que abogaba por el necesario espacio vital para Alemania? ¿Qué le parece el cardenal Faulhaber, que en 1933 llamaba a Pio XI el mejor amigo de los nazis y que en 1934 le prohibía a la Conferencia Mundial Judía que mencionara siquiera su nombre a propósito de una supuesta defensa suya de los judíos, una “afirmación delirante”, decía? ¿Por qué no investiga cual fue el comportamiento del episcopado austriaco? ¿ Que hicieron el cardenal Innitzer, el arzobispo Waitz y los obispos Hefter, Pawlikowski, Gföllner y Memelauer?
Y esto por no hablar del cura Jozef Tiso, que presidía el estado fascista de Eslovaquia, aliado de los nazis y del obispo eslovaco Jan Voitassak que se quedó con las propiedades de los judíos de Betlanovice y Baldovice o de monseñor Volosin que presidía el gobierno nazi de la Ucrania carpática en los momentos de terribles asesinatos…
Me canso, manejo mal el teclado y hoy no tengo quien supla mi torpeza. Una última recomendación a JJ: que lea la carta colectiva del episcopado español de 1 de Julio de 1937 dirigida a los obispos de todo el mundo (es fácil de encontrar: pags 499 a 524 del libro “La historia de España en sus documentos. El siglo XX” tomo III). Es difícil encontrar otro documento mas falso, mas repugnante y que destile mas odio que la cartita de marras.
Un saludo cordial a todos
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio